Art and Prayer

La Manzana del Ojo de Dios

Here is my original post translated into Spanish by a friend of mine.

La semana pasada, nuestra iglesia tuvo una “Semana de Descanso”, cuando todas las reuniones y otros programas fueron cancelados. Al principio de la semana, nuestro pastor envió un correo electrónico diciendo que este era un tiempo para “DESCANSAR de nuestras responsabilidades en la iglesia, REFLEXIONAR sobre quién es Cristo y quiénes somos en Él, y RENOVAR nuestros corazones y mentes en la buena tierra de la gracia de Dios, para que seamos un pueblo que florezca bajo Su cuidado”. ¡Qué regalo!

Estuvimos fuera de casa durante la semana, visitando a uno de nuestros hijos y su familia, así que no estaba segura si tendría la oportunidad de realmente engages con los temas de la Semana de Descanso, pero resultó ser un tiempo ricamente relajante para mí. Nos hospedamos en un Airbnb, y Stephen durmió hasta tarde todas las mañanas, lo que me dio un par de horas tranquilas sin oportunidad de ocuparme con tareas domésticas. Pasé esas horas en oración, leyendo, reflexionando, dibujando y, por supuesto, bebiendo té.

Una de las sugerencias del pastor Patrick para la Semana de Descanso fue reflexionar sobre un pasaje de la Escritura toda la semana y desafiarnos a memorizarlo. Estaba leyendo el Salmo 17 al principio de la semana, y los versículos 6-8 y 15 llamaron mi atención, así que medité sobre ellos, los dibujé y los memoricé. Algunas de mis reflexiones de la semana y de esos versículos son la realización más profunda de que Dios me ama por quién soy, aparte de cualquier cosa que haga por él, y que me invita a llamarlo, a pedirle que me muestre la maravilla de su gran amor. Puedo estar segura sabiendo que me cuida como la manzana de su ojo, ¡qué pensamiento tan increíble! Y estoy llena de asombro ante la anticipación de ver su rostro algún día y ser satisfecha de una manera que nada else puede satisfacer. ¡Gracias, Señor, por tu regalo de descanso sabático!

Yo te he invocado, oh Dios, porque tú me responderás;
inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
Muestra maravillosamente tu misericordia,
tú que salvas a los que se refugian a tu diestra
huyendo de los que se levantan contra ellos.
Guárdame como a la niña de tus ojos;
escóndeme a la sombra de tus alas..
En cuanto a mí, en justicia contemplaré tu rostro;
al despertar, me saciaré cuando contemple tu imagen.
Salmos 17:6-8,15

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